Descubrir Cantabria en 7 días


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DESCUBRE CANTABRIA EN 7 DÍAS

INSPÍRATE con destino CANTABRIA, Guía de recursos turísticos de Cantabria

Hoy venimos a hablaros de un paraíso terrenal: Cantabria, la Cantabria Infinita que en 5321 kilómetros cuadrados de extensión lo tiene todo. Cantabria es una tierra de mar, de montaña y de muchas singularidades más, lo que la convierten en un destino auténtico.

Cantabria es un lugar para compartir, es naturaleza, patrimonio, historia, cultura, gastronomía, deporte, aventura, tradición... Es un destino que sorprende y que, aunque lo visites multitud de veces, siempre tiene un rincón por descubrir. Por eso decimos que Cantabria es infinita.



¿Estás preparado para viajar a Cantabria? Encuentra la inspiración que necesitas en nuestra web, donde te proponemos multitud de lugares que visitar a lo largo y ancho de sus comarcas y zonas turísticas. Las fotografías y las ideas que ofrecemos te ayudarán a preparar un viaje inolvidable por la infinitud de sus tierras.

Cuentas con nuestra ayuda y asesoramiento para todo aquello que necesites. Desde Smart Tour Santander, como agencia especializada en Turismo receptivo de la Comunidad de Cantabria, podemos ayudarte en todo: desde  alojamiento, alquiler de vehículos, actividades, experiencias, visitas guiadas, entradas a museos y cuevas, traslados, etc. 

Esta  propuesta de viaje para 7 días está pensada y recomendada para los visitantes que no conozcan Cantabria. Puedes elegir lo que gustes, colaboramos con una amplia red de alojamientos a tu disposición, y si lo que deseas son  experiencias y rutas alternativas diferentes no dudes en ponerte en contacto con nosotros.


Itinerario:


Visitaremos las localidades occidentales de Cantabria: San Vicente de la Barquera, Comillas y Santillana del Mar. Se trata de una de las zonas de mayor atractivo turístico y por ello tiene una alta  afluencia de visitantes, sobre todo en temporada alta.

San Vicente de la Barquera es una preciosa villa marinera. Comillas, además de disfrutar de bellas playas, es una joya del modernismo catalán dónde se pueden encontrar maravillas arquitectónicas como el Capricho de Gaudí y edificios como el Palacio de Sobrellano, también conocido como el Palacio del Marqués de Comillas. Santillana del Mar es otro imprescindible de las visitas a Cantabria, siendo una de las localidades de mayor valor histórico-artístico de España. Muy cerca de esta localidad está la Cueva de Altamira, considerada la Capilla Sixtina del arte rupestre, donde existe la posibilidad de visitar el museo de la neocueva.

No muy lejos de la  costa occidental  puedes acceder a la zona interior del Saja-Nansa, donde se encuentran dos lugares de especial encanto y no tan conocidos: Carmona y Bárcena Mayor. Este último es un pueblo que ha sido declarado conjunto histórico-artístico, y es una muy buena zona para degustar un plato tradicional cántabro como es el cocido montañés.




Segundo día:

Disfrutaremos de las vistas que nos ofrecen las villas marineras de la costa oriental: Castro Urdiales, Laredo y Santoña.

Castro Urdiales es la localidad más oriental de Cantabria, y en la cual recomendamos que comience la visita. Daremos una paseo por la zona marinera, observaremos el faro y nos adentraremos en la Iglesia Gótica de Santa María de la Asunción (siglo XIII).

Una vez finalizada la visita en Castro nos trasladaremos hasta Laredo. Este lugar destaca por ofrecer una de las playas más bonitas y extensas del litoral cántabro: La Playa de la Salvé (con más de 5 kilómetros de arenas finas). Su centro histórico, también conocido como "La puebla vieja", es una visita indispensable junto con la excursión hasta la Atalaya, un precioso mirador con extraordinarias vistas de Laredo y Santoña. Aquí podremos tomarnos un respiro degustando de los manjares que nos ofrece el mar Cantábrico en cualquiera de los restaurantes que la localidad ofrece.

Santoña se convierte en la última parada de la jornada, realizaremos una visita a la zona del Monte Buciero y el fuerte de San Martín para terminar, por último, en la playa de Berria. Como alternativa, existe la posibilidad de visitar una de las conserveras donde se elaboran las famosas anchoas del Cantábrico de manera artesanal, y que tanto prestigio han dado a la localidad de Santoña. Y, como última opción, a la vuelta visitaremos la playa de Langre, cerca de Somo y Pedreña, donde podremos degustar unas buenas sardinas o unas ricas almejas a la marinera. 

Después de esta intensa jornada regresamos a Santander a descansar.


Tercer día:

Tras las intensas jornadas anteriores dedicaremos el día a visitar la ciudad de Santander. Y para ello os recomendamos dos opciones:

Nuestra preferida, para no cansarnos demasiado, es alquilar bicicletas eléctricas para recorrer la ciudad libremente. Pero si lo preferís, podemos realizar un tour guiado en e-bike donde, acompañados por un guía oficial de turismo, podréis recorrer toda la ciudad en aproximadamente 3 horas. Es una actividad idónea para desconectar después de dos días de coche. Saldremos desde el centro, donde está ubicado el Centro de Arte Botín y la catedral, para pedalear hasta el faro de Cabo Mayor pasando por las playas del Sardinero y el Palacio de la Magdalena. En la ruta hacía el faro encontrareis nuestro mirador favorito junto a la espectacular playa de Mataleñas.

Tras la visita al faro y la degustación de unas rabas podéis volver al centro de Santander y terminar la jornada visitando el Centro Botín, la catedral o yendo de compras o de tapas por el centro ( Saboreando Santander)




En esta jornada descubriremos uno de los mayores secretos de Cantabria, un valle con un gran valor etnográfico que ha estado escondido durante siglos: los Valles Pasiegos. Descubriendo distintas formas de vida con costumbres arraigadas a lo largo de los tiempos, es una buena zona para hacer una ruta gastronómica. Recomendamos que esta excursión se haga en un día despejado para poder admirar mejor las vistas y descubrir sus secretos. Si nos atrevemos, podemos hacer una ruta muy variada para disfrutarla con los cinco sentidos: gastronomía, spa & relax, arquitectura y arte, naturaleza 100%, deporte y aventura entre otras cosas.

Los Valles Pasiegos, divididos por los ríos Pas, Miera y Pisueña, nunca dejan de sorprendernos y, sin duda alguna, su naturaleza, patrimonio, centros de interpretación y gastronomía tampoco.

Atravesado por el Pas encontramos Puente Viesgo, un pueblo constituido en la Baja Edad Media como núcleo de población que se hizo famoso por albergar uno de los más importantes conjuntos de cavernas prehistóricas de la región: las cuevas de El Castillo y las Monedas. A menos de 45 minutos de Santander, las cuevas de El Castillo se convierten en un gran atractivo turístico al poseer las pinturas más antiguas del mundo fechadas en, al menos, 40.800 años; mientras que las cuevas de las Monedas poseen un gran valor geológico por sus dibujos realizados en carbón hace unos 12.000 años. Otro de los grandes atractivos de este lugar es el balneario del Gran Hotel de Puente Viesgo, activo desde el siglo XVIII, que se nutre de las aguas medicinales del manantial ofreciendo un paraíso de bienestar y relajación gracias a sus circuitos termales.

A la orilla izquierda del Miera se sitúa Liérganes, un conjunto histórico-artístico que forma parte de la red de los pueblos más bonitos de España. Destaca la arquitectura tradicional de una villa envuelta en montañas, cuyas joyas son el Palacio de Rañada y la Iglesia de San Sebastián y San Pantaleón. Además de una reputada escultura al borde del río con mucha historia. Pero no todo va a ser caminar, porque si lo que buscas es una experiencia de relax y bienestar en un entorno natural os recomendamos visitar el Gran Hotel Balneario de Liérganes.

Atravesado de Sur a Norte por el Pisueña asoma Villacarriedo, un municipio en el que resalta el verdor de sus prados y laderas, repletos de una población vegetal de hayas, alisos y robles. En Villacarriedo se encuentra el Palacio barroco de Soñanes, un edificio arquitectónico muy valioso de este estilo perteneciente al siglo XVII.

Para los amantes del dulce, los postres pasiegos son uno de los tesoros destacados de la zona. Comprar unos sobaos o unas quesadas pasiegas es toda una emoción, tanto para los habitantes de la región como para aquellos que se acercan a descubrir sus sabores. Y cómo no, la cocina tradicional cántabra no podía faltar: cocido pasiego, olla de carros, platos de carne, patatas al estilo Puente Viesgo, trucha al papillote... y la producción de arándanos ecológicos que está viviendo una época dorada en toda la cornisa cantábrica.


Quinto día:

La propuesta para este día es algo distinta, queremos plantearos diversas opciones en caso de que alguno de los días salga lluvioso. Las alternativas son varias:

- Visitar las cuevas de El Pendo, en Escobedo de Camargo. Todas ellas son consideradas Patrimonio de la Humanidad y están situadas a menos de 45 minutos de Santander. El recorrido por la cueva es corto, por lo que no se hace pesado para los niños. 

- Visitar la Cueva de El Soplao, entre San Vicente y Unquera, es una muy buena opción para el día que se visita la costa occidental. Es un plan muy interesante cuando se va con niños porque la entrada y salida a esta cavidad única con el tren minero les encanta. 

* Más información en nuestra web Visita a las cuevas de Cantabria *

- Otra alternativa, algo más relajante, es el Balneario Spa del Gran Hotel de Puente Viesgo. 

- Reinosa se encuentra situada en la meseta, al otro lado de la cordillera cantábrica. Allí podremos disfrutar del arte románico que se encuentra en todo el sur de Cantabria y Norte de Palencia. Sin embargo, lo que resulta imprescindible es la visita a las colegiatas de Cervatos y San Martin de Elines, así como a la ermita rupestre de Santa María de Valverde. En la zona de Alto Campoo hay una estación de esquí que abre en la temporada de nieve, en invierno.

- Mi alternativa preferida es ir al valle de Liébana, el microclima de Potes hace que no llueva en esa zona cuando en el resto de Cantabria sí lo hace. Una vez allí, visitar el pueblo de Potes, las iglesias de Santa María de Lebeña y el Monasterio de  Santo Toribio de Liébana, y subir, si acompaña el tiempo, al teleférico de Fuente Dé. Es una zona fantástica para realizar actividades de deporte y aventura, o tomarse el cocido lebaniego y pedir un postre típico: el Canónigo, acompañado de una crema de orujo.

- Ir a visitar el museo Altamira, que cuenta con la fiel reproducción de la cueva original. La entrada a las cuevas de Altamira se encuentra situada a escasos metros de la entrada al museo, pero no está permitida la visita. 

- Por último, otra buena opción es visitar el Museo Marítimo del Cantábrico. No solo su colección de piezas exhibidas, sino también su acuario porque es un gran divertimento, sobre todo para los niños.


Sexto día:

Iremos a visitar una de las zonas menos conocidas, pero no por ello menos espectaculares de Cantabria: El valle de Soba y el Asón. La ruta comienza con una visita a la Bien Aparecida, patrona de Cantabria. Si te gusta la espeleología, la zona de Ramales de la Victoria es tu paraíso particular por contar con kilómetros de cuevas subterráneas. Es imprescindible parar en el pueblo de La Gándara y en el nacimiento del rio Asón, sobre todo en primavera y al inicio del verano, que es cuando el río lleva más agua y las cascadas son más espectaculares.


Séptimo día:

Para el último día tenemos que ofreceros nuestra opción favorita:

- El Parque de la Naturaleza de Cabárceno es para disfrutarle durante todo el día, de manera que no puedas perderte ninguna de las exhibiciones de las que posee el parque. Sin embargo, en medio día se puede ver razonablemente bien. A modo de recomendación, intentad evitar en la medida de lo posible los fines de semana de verano, puentes y festivos, porque se producen grandes aglomeraciones en la entrada.


Alto Campoo y Liébana son las comarcas que más alejadas están de Santander, y por ello no hemos mencionado su visita. Sin embargo, aquellos montañeros o senderistas que busquen disfrutar especialmente de esta zona y/o quieran realizar alguna ruta por Picos de Europa, reservar un hotel por la zona de Potes es una gran solución. De esta manera, podréis descubrir un precioso valle donde todavía parece que el tiempo se ha detenido: Alto Campoo.

Si finalmente habéis decidido visitar este valle y os alojáis en Santander, el primer día partiríamos a Polaciones. De camino, la Cueva de El Soplao es una parada obligatoria, y a la vuelta, por el puerto de Piedrasluengas, pararíamos a visitar la preciosa iglesia románica de Santa María de Piasca (siglo XII).

Al día siguiente, subiríamos al alto de Fuente Dé en teleférico para realizar alguno de los senderos de la zona, como por ejemplo Fuente Dé-Aliva-Espinama o Fuente Dé-Horcados Rojos-Fuente Dé. Otra opción sería entrar en Asturias por Panes y realizar la ruta del Cares, subir a los Lagos de Covadonga o subir a Bulnes, bien en el nuevo funicular o por la canal del Tejo.


Ahora que ya conocéis un poco más de nuestra amada tierra os animamos e invitamos a conocerla con nosotros. Recomendamos que os pongáis en contacto con nosotros directamente para aconsejaros sobre las amplias posibilidades que ofrece este lugar y para diseñar a vuestra medida el recorrido que más se adapte a vuestros gustos y necesidades.

Si estáis deseando disfrutar del aire fresco y de vistas de ensueño, no lo penséis más ¡Cantabria os espera!





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